In memoriam, en memoria de…

In Memoriam 2017
Elsa Alvarado (padre de Elsa) y Mario Calderón, defensores de DDHH asesinados en 1997. Su hijo recibió el reconocimiento en 2017, año en que se conmemora la partida de estos dos grandes seres humanos.
In Memoriam 2018
Jesús María Valle Jaramillo, un ser humano esencial en la memoria del país. Sus denuncias le costaron la vida. Hoy su voz sigue siendo vigente en la memoria.
In memoriam 2019
María Mercedes Mendez, sus luchas, sueños, esperanzas de hacer de la política un acto de amor. Su vida, cegada por las balas, reflejan las convicciones sobre la posibilidad de diálogo, la construcción de la paz territorial con justicia social. Sus hijas recibieron el reconocimiento 2019.
In Memoriam 2020
Padre Acidez Jiménez, el camino de una vocación pastoral que le permitió a una comunidad construir un legado de paz y armonía con el territorio. Sus hermanos recibieron el reconocimiento el pasado 2 de diciembre de 2020.
In Memoriam 2021
Un homenaje a los y las jóvenes que participaron en las manifestaciones en 2021 y que perdieron la vida defendiendo un mejor futuro para el país.
In memoriam 2022
Hace veinte años fue cegada la vida de la hermana Yolanda cerón, una mujer que quiso transformar las vidas de comunidades que se encontraban en el olvido …hoy destacamos su vida y obra con este homenaje.
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Para no olvidar; para recordar, o como lo dejó pasmado el escritor uruguayo Eduardo Galeano, para “volver a pasar por el corazón”. Recordar es un privilegio que tenemos los seres humanos; asimismo, hacer memoria es una tarea indispensable para recordar y dar sentido a la realidad.

La defensa de los derechos humanos es una acción humanista y una decisión de vida. Está relacionada con el sentido de la solidaridad, la generosidad, la compasión, la preocupación para que otros y otras alcancen los niveles de igualdad, paz y justicia social necesarios para alcanzar eso que llamamos la dignidad humana.

Quienes toman este camino asumen grandes riesgos, pero es tal su convicción y valentía que lo hacen a pesar del miedo. Muchos han perdido la vida en este trasegar. Fueron y siguen siendo asesinados por querer llevar a cabo acciones que buscan devolver la dignidad humana arrebatada por la política de la muerte.

No obstante, hay quienes se resisten a olvidarles. Son sus hijos e hijas, abuelas, hermanos, madres, padres, amigos; tejidos humanos y comunitarios que se rehúsan al olvido y optan por el camino de la memoria colectiva como herramienta para mantener vivo el recuerdo, pero, sobre todo, para compartir y encontrar de manera conjunta el sentido a los hechos que configuraron la violencia armada en el país.

La memoria colectiva y en diálogo nos cuenta el dolor, el sufrimiento y nos muestra las cicatrices de una sociedad marcada por la violencia. Sin embargo, la memoria, aunque cargada de dolor y sufrimiento, es también un faro de luz en medio de la oscura noche.

En contraste y a pesar del dolor y de la necesidad de “volver a pasar por el corazón” situaciones que causaron heridas profundas, la construcción colectiva y organizada de los relatos sirve de hilo narrativo para configurar un gran tejido llamado verdad.

Reconstruir hechos, causas, responsables y cómplices de una guerra sin tregua contribuye a dar sentido a esas vicisitudes violentas que nos han marcado en lo colectivo y lo individual, lo familiar y comunitario.

Este espacio nombrado In memoriam y que realizamos cada año desde 2017, se pretende como un acto para rendir honores a esas formas de vida comprometidas con los más débiles y vulnerables. Resaltar sus acciones como un legado para las futuras generaciones a través de las voces de quienes compartieron con los defensores de derechos humanos que hoy ya no están.

Las voces allí recogidas, los testimonios documentados y llevados a lo audiovisual; las palabras dichas en un escenario ante cientos de personas son el propósito que como premio hemos llevado a cabo, el de honrar la memoria de quienes han dado la vida por la defensa de los derechos humanos contribuyendo a tejer una memoria colectiva. Sin duda sus pasos trazan un camino que debe ser conocido y cultivado como símbolo de esperanza.